22. November 2012

Colonia - Patrimonio de toooda la humanidad



Colonia del Santísimo Sacramento

A las 10,30 h. de ayer Buenos Aires estaba vacía. El taxista que nos sacó de San Telmo por la parte de atrás de Puerto Madero (el mismo que trajo el dueño del piso para el check-out), dándonos una vuelta regular para evitar los piquetes, era un tal Ramos, descendiente de gallegos, conversador, que nos recomendó que si queriamos cabrear a los uruguayos les dijéramos que eran el „parqueo de Argentina“. Un chiste malo, parecía.
El viaje fue decepcionante: no fuimos en barco, sino encerrados en una duty free shop sin poder salir al exterior. Me pasé la hora de flagrante secuestro profundamente dormido.
En Colonia caimos en la oficina de turismo, donde un petrimetre con terno y sello en el meñique (algo entre el Joel Grey de Cabarett y una caricatura de Quino) nos declamó las excelencias del lugar alzando los brazos en arco como cuando de pequeños recitábamos poesías y subrayando las frases como si segara con la palma de su mano la incertidumbre de sus aseveraciones: „Prepárense ustedes a dejarse impactar por la Colonia del Santííísimo Sacramento, patrimonio de tooda la humanidad... etc...“. Luego pasó a denostar a los vecinos: „A qué huele Puerto Madero? Y porqué? Pues yo se lo diré, huele a porquería porque los del otro lado son unos descuidados y unos sucios, etc... y nuestras costas son distintas y ustedes dirán que el color... pues el color es natural, son los sedimentos que arrastra el río de la Plata, que todos vienen del lado del Paraná...“
Flores de cactus
A primera vista Uruguay parece un pais lleno de sujetos pintorescos y ansiosos de reafirmarse contra sus vecinos.

Flores de playa

Colonia del Sacramento, fundación portuguesa del siglo xvii, la ciudad más antigua de Uruguay, es un amasijo de turistas de paso que pueblan terrazas y tiendas de artesaníay deambulan por las cuatro calles del casco antiguo mientras esperan el autobús o pernoctan por obligación. Tiene 3 km de playas fluviales de aguas marrones „pero muy limpias“ y un puertecito de yates en el que ayer estaba fondeado un barquito entre un gran catamarán „de 1,5 millones de dólares de gastos“ y un mediano yate español que le hacían parecer más pequeño. „No os imagianis la cantidad de gente que hay dando la vuelta al mundo, desde las islas de Cook a la de Pascua“. Eso nos lo dijo Miguel Angel, un amable jubilado que, hacia medianoche, nos oyó discutir sobre el raro reflejo que se formaba encima de la negrura del estuario y las incontables luces intermitentes que a nosotros nos parecían pesqueros: eran las luces de Buenos Aires, a más 40 kms, casi sumergidas en el agua y ,la franja luminosa, el reflejo de la ciudad cortado por las nubes. 




Miguel Angel no quiso explicarnos claramente quién era. Quizás pensó que nosotros le tomábamos por millonario y era solo un piloto de yate. Tenía doble nacionalidad, tres hijos „ ya grandes“ y vivía entre Barcelona y Marbella. Estaba aquí con un amigo y tenía informaciones de esas que sueltan los hombres de negocios sobre el peronismo, sobre la nacionalización de YPF-Repsol y sobre los motores del catamarán que nos había traído por la mañana, que por lo visto son los de un Boeing... También tenía gran simpatía por los indignados españoles y su obligado exilio laboral. Cuando llegamos a la altura de su barco y preguntamos cómo haría los cuatro metros que le separaban del muelle, tiró de la soga de amarre y el barquito se fue acercando como si fuera de juguete. Nos dijo adios y se montó, no sin antes recomendarnos cenar en el bar del club de yates, cerrado los martes, que era bueno y verdaderamente barato. No hemos podido comprobarlo: cuando íbamos hacia allí nos hemos topado con otro restaurante más pintoresco (y seguro que más caro) y nuestro presupuesto del día se nos ha ido en simple pasta con salsa sofisticada. Mierda!

Cocinero vendiendo mate
Camarera autóctona con la cuenta

Mañana tenemos que decidir hacia dónde vamos: A Carmelo? A Toledo? A Fraile Muerto? A Treinta y Tres? A Ombúes? Por cualquiera de esos nombres haría un par de kilómetros, pero parece que vamos a decidirnos por llegar a Durazno y, desde allí, a San Gregorio de los Polancos „una ciudad del centro del país famosa en todo el mundo porque hace años vinieron artistas universales para pintar murales en las fachadas de las casas“. Quién se resiste a no visitar semejante maravilla? „Sólo hay un hotel, pero no deben preocuparse: la gente de San Pedro no cierra sus puertas con llave y cada habitante es un informante turístico“.
S. supone que todos tendrán habitaciones para alquilar.



Eine Kolonie des Allerheiligsten
Die Ueberfahrt von Buenos Aires nach Uruguay ist eine reine Geschaeftsangelegenheit. Aus dem hochmodernen  superschnellen Katamaran mit Boeing-Motoren wird man noch nicht einmal herausgelassen, um ein wenig Seeluft zu schnuppern oder ein para Fotos zu schiessen. Die einzige “Oeffnung” aus dem Passagierraum fuehrt in den Duty-Free, wo man zu wuerdigen Dollarpreisen noch wuerdigere Markenwaren erstehen kann. Oder man nutzt die einstuendige Ueberfahrt  fuer ein Nickerchen.
Auf der anderen Seite erwartet einen ein verschlafenes Nest, das – aehnlich wie Obidos oder Toledo – erst aufwacht, wenn die Touristenbusse da sind, und morgens und abends in seinen gemaechlichen Provinzschlaf versinkt. Dann sitzen die Einwohner an diesen heiss-schwuelen Tagen vor den Tueren im Schatten und schluerfen ihren Mate – immer mit einer Thermoskanne dabei, um fuer jeden Schluck neues heisses Wasser in die Kalabassen-Tasse auf den Berg von Mate-Blaettern zu schuetten.

Im Tourismus-Buero empfaengt uns ein eleganter Herr mit offenen Armen. WILL-kommen im Welterbe der gesamten Menschheit – el patrimonio de toda la humanidad, sprich, im UNESCO-Welterbe-Ort Colonia del Santisimo Sacramento. Ein Mini-Altstadtrest, ein paar wiederaufgebaute Mauern, einige kleine Kopfsteinpflaster-Gassen, wie es sie in jedem spanischen Bergkaff hundertfach gibt, das ist hier Grund zum Jubeln und zum Stolz auf die Vergangenheit. Die Portugiesen waren es, die hier im 18. Jh. versucht haben, eine Bastion gegen das spanische Buenos Aires zu errichten, aber faktisch haben sie die Infrastruktur fuer den wichtigsten Schmugglerhafen der Kueste geschaffen. Ist ja auch was.

Hinter der kleinen Altstadt mit ihrem Mini-Yachthafen zieht sich eine ellenlange Bucht mit feinstem weissem Sandstrand. Man beginnt es zu glauben, dass das braune Wasser des Parana wirklich sauber ist, den im Sand finden sich viele Muscheln und die Leute baden sich in der braunen Bruehe. Wir stecken immerhin die Fuesse rein, Gabriel malt ein wenig, der streunende Hund freut sich ueber ein wenig Gesellschaft, und die Maedels aus dem Ort kommen, um sich die Winterblaesse wegbrennen zu lassen. Alles blueht, die Brise ist himmlisch. Wer haette gedacht, dass  Uruguay so nett ist.


Abends lernen wir Miguel Angel kennen. Ein flotter Reisender in unserem Alter. Aus Barcelona, Marbella oder Buenos Aires, wie mans nimmt. Rentner, in Spanien lebend, nach 12 Jahren wieder einmal in der alten Heimat. Er erklaert uns vieles, zeigt uns am Horizont die Lichter der Grossstadt und vor den Fuessen sein Quartier, ein kleines Segelboot, in dem er mit einem Freund von BA ruebergeschipppert ist und in dem er nun schlafen wird. Behende klettert er ueber die Reling und verschwindet in der Koje. Wir suchen ein Plaetzchen zum Abendessen und fallen auf ein pittoreskes nettes Lokal rein, in dem man uns Mate gibt, den der Koch aus einem Oldtimer serviert. Die Ravioli und die Gnocchi sind gut und selbst gemacht, haben aber leider Preise wie im Sheraton … na ja, wir haben nett gesessen und nett gegessen, also, was solls.  
Da wir hier ohne Plan angekommen waren, werden wir nun nach 2 Tagen  auch ohne Plan weiterreisen. Obwohl mich “Das Haus” in Montevideo interessieren wuerde, werden wir die Hauptstadt auslassen, nach Buenos Aires scheint uns das erst einmal nicht besonders reizvoll. Aber wir wollen einen Eindruck vom Land gewinnen. Soll es nach “Toter Moench” (Fraile Muerto) gehen, oder lieber nach “Dreiunddreissig” (Treintaytres)? Wir entscheiden uns fuer “Pfirsich” (Durazno) irgendwo in der Mitte des Landes. Draussen schuettet es, ueber Buenos Aires soll – laut Radio – ein Jahrhundertgewitter runtergegangen sein, das die Muellberge des dreitaegigen Muellstreiks ueber die ganze Stadt geschwemmt hat, und wir lungern in der Hotelchen-Lounge rum und warten auf den Bus. Wir werden berichten.

1 Kommentar:

  1. Queriamos un viaje lento, pero llego tambien la aventura, que emocionante lo de San Martin.
    Con un frio que pela, aquí en Madrid, como estamos disfrutando todo lo que nos contais
    abrazos
    Pilar y Al.

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