17. Dezember 2012

San Cosme y San Damian


Otra excursión a Paraguay  
Otro día nos fuimos espontáneamente a San Cosme y San Damián.
Entrar y salir de Argentina a Paraguay, y viceversa, es fácil si se tiene rutina. Al entrar al puente hay que pasar por una aduana y sellar el pasaporte, salir por otra puerta y tomar el mismo autobús que también ha adelantado terreno, atravesar el puente de 2 km y, al otro lado, hacer lo mismo en la otra aduana. Si se entra y no se sale, esto es, si se tiene un sello de menos y algún aduanero perspicaz lo descubre, el multazo es de unos 50 €. Nosotros nos saltamos una vez uno de estos pasos y tuvimos que volver a cruzar el puente, guardar la cola y regresar con el pasaporte sellado.
Ese día, para ir a las ruinas de San Cosme y San Damian, salimos tarde de Posadas porque queríamos enviarnos un paquete a Madrid con cosas que nos habíamos traído de más y que pesaban. Podríamos haberlas tirado, pero decidimos enviárnoslas. Fuimos a Correos, las metimos en una (débil) caja de cartón, la llevamos a la aduana para que la revisaran, se negaron a reforzarla, la precintaron y luego tuvimos que ponernos a la cola con todos los que iban a cobrar el subsidio de paro y las pensiones, porque era a primeros de mes (son „los clientes de Cristina“, dicen los de clase media, aludiendo al clientelismo que asegura los votos de Cristina Fernández de Kirchner).

Cola de "clientes de Cristina"
 Cuando nos tocó el turno resultó que en correos no admitían VISA, „aun no estamos tan adelantados“, se cachondeaba la funcionaria, y nosotros no llevábamos dinero suficiente encima: hubo que ir a comprar dinero a un banco con cajero, donde también había cola, y volver a repetir cola en correos, donde por fin pagamos los 400 AR$ y nos fuimos a derretirnos por la calle.
Hay remedios para aguantar los 40º a la sombra, como meterse en un café o en una tienda climatizados, o irse de viaje en autobús.
Como teníamos todavía la tercera pestaña de las misiones paraguayas sin picar, nos fuimos a Encarnación. Cuando uno se ha familiarizado con los trámites y colas aduaneras, si se sabe poner el codo para impedir colarse a las „paseras“ con sus bolsas de contrabando y se está atento a qué aduanero te toca, el viaje entre los centros de Posadas y de Encarnación no dura más de media hora. Antes de mediodía estábamos allí, pero hacia San Cosme no salían autobuses hasta las tres de la tarde, así que nos fuimos a dar una vuelta por el centro. Nos metimos en un restaurante de la plaza buscando la refrigeración y empezó a caerse cielo a chaparrones tan brutales que en 20 minutos las temperaturas bajaron 15 grados.


Entre las dos fotos hay 20 min y un chaparrón
Zwischen den 2 Fotos liegen 20 Min.und ein Wolkenbruch
Comimos ensaladas y zumos y, a la hora prevista nos montamos en el autobús de La Sancosmeña, rumbo a San Cosme y San Damián, a unos 90 km de distancia. Fue montarnos en el autobús y empezó de nuevo a derrumbarse el cielo. Una hora le costó al vehículo salir de la población, porque las calles se habían convertido en ríos de chocolate.
El autobús era estéticamente impecable, asientos rojos, cortinas verdes, desconchones pardos, manchas grises y un gran letrero al frente con versos bíblicos de Sofonías escrito a rotulador. La religiosidad de estas regiones misioneras es profunda y hondamente aprendida. (A la entrada de la ciudad hay un mural que dice „Y el Verbo se hizo carne“, como queriendo decir que entonces se fundó Encarnación).
 El Dios vaticano que trajeron los jesuítas y dominicos, fue sustituído por el que explicaban las sectas, los Santos de los últimos días, el reino de Jehová, la sagrada familia y qué sé yo cuántas más... Pero la gente no le dio la espalda, porque es creyente a ultranza. Y pobre. Mirando la riqueza del campo, me pregunto que papel tiene la religión en toda esta miseria social que denotan los viajeros: El pasajero de al lado se pasa todo el viaje metiendo CD's falsos en bolsas de plástico y forma paquetes como los que venden en los mercadillos y kioskos de Encarnación. No sólo él. Miro a los demás y me doy cuenta de que muchos de ellos son los mismos vendedores ambulantes de la estación, los niños que venden golosinas sueltas y ahora las miran con ganas de comérselas, vendedores de chipas con la mercancía enfriada, de refrescos („Gaasiosa-Aguaasiosa!“) metidos en un cubo, de alfajores de leche o de mate, de todo lo imaginable.

Cuando llegamos a un pueblo que se llama Coronel Bogado, una señora de nuestra edad se baja y saca del autobús una canasta llena de galletones envueltos en plástico y apretados, echa un vistazo y viene con un par de ellos a nuestra ventanilla. No, no queremos comprar.
El autobús de La Sancosmeña entra después en un desvío que nos conduce a nuestro destino. En las trochas que salen de la carretera se van bajando los vendedores, niños, jóvenes, adultos. Algunos se apean en caminos colorados que tienen letreros nuevos: Calle 7, Calle 6... Estamos en San Cosme y San Damián y parece que no hemos salido del campo.
No hay modo de orientarse. No se ve la plaza, pero entre la maleza de la selva vemos por lo menos dos gasolineras (qué tranquilidad) y a poco, otro cartel de „A las ruinas jesuíticas“. Aún recorremos un par de barrancos antes de que el autobús pare y el conductor y el cobrador nos digan donde están las ruinas. „Allí los atienden“. Para entonces ya nos hemos dado cuenta de que el regreso será poco menos que imposible en el día.

Las ruinas de esta misión jesuítica, la más distante y de más complicado acceso, son las mejores de todas las que hemos visto. Las casas están completas y en uso, la iglesia tiene su tejado completo y en ella un par de monjitas aleccionan de lo que sea a unas cuantas chavalas, los pabellones donde antes había hospitales, almacenes de cosecha, talleres y manofacturas hoy sirven para enseñar catequesis. Parece que en este pueblo sólo se aprende religión. Nos pasean por la misión tres guías. La primera, que parece la jefa, nos enseña el núcleo principal, Mientras recita su texto estira el cuello y mira a los mozos que pasan a caballo al otro extremo de la cuadra, mientras vigila que no hagamos fotos con flash (qué manía tienen con el flash en estos sitios en que los motivos a fotografiar están castigados por luces, velas e incienso!) nos muestra las maravillosas estaturas de santos talladas por artistas guaraníes, la policromía de colores mixtos que la guía no sabe o no quiere explicar: „tintes... vegetales... de plantas... de frutos“.




Tallas guaraníes del Museo Cosme y Damián


Me acuerdo del pintor que está embadurnando de horterez estilo „toscano“ las fachadas de la region de Steindorf en Austria y del negocio tan lucrativo que se ha montado. Aquí sólo se reza.
El segundo guía está dentro de la órbita espacial. Resulta que aquí llegó de jesuíta un tal P. Buenaventura Suárez, natural de Córdoba (Argentina) y se construyó él mismo astrolabios, telescopios y medidores para, en combinación con las constelaciones guaraníes, conformar un calendario de eclipses que fue publicado en Europa y adoptado en Upsala como texto. Nos hace demostraciones de un programa para reconocer estrellas „Stellarum“, que se puede bajar de internet y es absolutamente admirable.

Planetario / Planetarium
La tercera nos lleva a un planetario subvencionado por una ministra de cultura y nos muestra en la bovedilla las constelaciones del hemisferio sur, la similitud y diferencia con las constelaciones guaraníes y el modo de orientarse. Muy bonito, poético de verdad... salimos cuando la tortícolis empieza a dejarse sentir y, en una esfera armillar, la guía sigue haciendo sus demostraciones y proclamando que hay un nuevo signo zodiacal, el Ofiuco (la Serpiente), que retrasa todos los horóscopos diez o doce días. Ahora me explico porqué el mío no lo acierta nunca ningún periódico!.
A las siete de la tarde, ya casi de noche, empezamos a pensar en buscarnos un alojamiento. Lo encontramos en la Posada Doña Chinita y, mientras nos preparan y enfrían la habitación, nos vamos a comer al restaurante Stella Mary.
La hija del restaurante nos sirve lo que hay: un filete, ensalada de repollo y arroz blanco.
Stella Mary tiene 26 años, es maestra y trabajaba en Asunción hasta que „por cuestiones de salud“ tuvo que volverse a casa de sus padres. Ahora, ya repuesta, volverá a irse. Tiene una sonrisa luminosa y nos acompaña mientras cenamos. Se queja de la falta de espiritualidad de los jóvenes de hoy y de más cosas que ya no recuerdo. Su charla monjilera es simpática y al final acabamos „quitándonos“ unas fotos mutuamente. Ella nos la quita a nosotros con su máquina y nosotros a ella con la nuestra. Supongo que el verbo es traducción del guaraní.

Foto "quitada" a Stella Mary
Después de dar una vuelta nos vamos a nuestra habitación de Doña Chinita, que ya estaba impaciente. Si no queríamos sentarnos un rato con ellos a tomar el fresco en el jardín? Están el matrimonio y su hija de 23 años, recién licenciada en Nutrición por la Universidad Católica de Encarnación y ahora espera que le salga trabajo en San Cosme. También tienen un hijo algo mayor que estudió Contaduría en la misma universidad pero ahora trabaja en la capital. A la niña le gusta más el campo. Doña Chinita no nació en San Cosme, vino a casarse aquí hace 30 años, pero ella es de „las islas“. Resulta que antes de que hicieran la presa de Yacyretá había muchas islas en el cauce del Paraná en las que los guaraníes vivían de la caza, la pesca y la agricultura. Un paraíso, aunque no había luz ni las comodidades de la vida moderna. La represa no solo inundó las islas, sino que acabó con un paisaje de dunas fluviales que era único en el mundo y de una belleza deslumbrante. A Doña Chinita se le ahogan las palabras en nostalgia. „Los guaraníes fueron obligados a irse y les pagaron bien poco por la vida que les obligaban a dejar; fueron realojados en las calles nuevas (Calle 5, Calle 6...), y condenados a vender lo que sea, a trabajar para otros. Mi papá fue de los últimos que salió de las islas y, algún tiempo después, cuando le pusieron un video con el desalojo, le agarró una pena tan grande que le dió un patatús y se quedó seco“. Doña Chinita casi llora, tampoco tiene ni idea de que „patatús“ y „seco“ son palabras inadecuadas para describir la muerte súbita de su padre; al fin y al cabo, habla un idioma extranjero.
Dona Chinita ante su Virgen de Caacupé / Hausaltar und unsere Gastgeberin
Cuando decidimos ir a acostarnos, la familia entera se pone a rezar el rosario. Mientras nos lavamos los dientes y nos duchamos nos llega la salmodia a través de la ventana. Pronto es la fiesta de la Virgen de Caacupé (y la de Itatí, y la de la Inmaculada) y doña Chinita pone a su pequeña familia a rezar una novena ante el altar que ha levantado en el comedor de su casa.
El autobús de las 6  de la manana / der 6-Uhr-Bus von San Cosme und San Damian
Al día siguiente salimos a las seis de la manana. El autobús de La Sancosmeña llega puntual y nos montamos. El cobrador nos pregunta si nos gustó la Misión. En las calles nuevas vuelven a montarse los niños que van a Encarnación a vender. El sol ya está alto, el aire es fresco, la mañana parece dorada. Los niños vendedores juegan y se gastan bromas entre sí; el cobrador pone orden.
Zona franca de Encarnación. Es relativamente nueva porque la antigua "Baja" fue inundada por la Presa
Antes de regresar a Posadas nos bajamos en la gran zona franca de Encarnación para ver qué es lo que se vende. Pregunto el precio de una tableta y, me dicen una cantidad exorbitante. Para asegurarnos, preguntamos el precio de una máquina de fotos como la de Sabine. Cuesta el doble. Tomamos un café en un cuchitril y nos vamos de allí.


Noch ein Ausflug nach Paraguay

Noch einmal wollen wir einen Tagesausflug nach Paraguay machen. Allerdings verspäten wir uns ordentlich, denn vorher wollen wir noch „schnell“ ein Paket an uns selber aufgeben, in das wir die ersten 5 kg von unnützem Gepäck stecken. Die Sache zieht sich hin, wir müssen zum Zoll und in die endlose Schlangen, die vor dem Postamt und vor der Bank auf ihre monatliche Auszahlung warten (es ist einer der ersten Dezembertage, es folgt ein Wochenende, und die armen Leute bekommen von „Christina“ (Kirchner) eine Stuetze, was die weniger armen Leute gar nicht gerne sehen) – kurzum, es ist etwa Mittag, bis wir die Grenze hinter uns haben und auf der paraguayischen Seite erfahren, dass der nächste Bus nach San Cosme und San Damian erst in 2 Stunden fährt.
Derweil sind die Temperaturen wieder auf nette 38 Grad angestiegen, und während wir in einem der (wenigen) Lokale in Encarnación einen Happen essen, braut sich draussen ein Wolkenbruch zusammen und überschwemmt innerhalb von 20 Minuten die Stadt. Mit einem Gewitterschlag verabschiedet sich der Strom aus dem Restaurant, der Kaffee entfällt. 

Kein Kaffee, aber ein Liter frischer Ananassaft! / no hay café, pero un litro de zumo fresco de "Ananá" si hay

Die Temperaturen fallen schlagartig um 15 Grad, aber wir haben Glück und kommen trocken zurück zum Busbahnhof. Der Bus braucht dann noch eine Stunde, um sich seinen Weg durch die Sturzbäche und Riesenpfützen aus der Stadt raus zu bahnen und weitere 2 um ans Ziel zu gelangen. Es ist schon fast 5, als wir in San Cosme y San Damian ankommen, und uns ist inzwischen klar, dass wir heute nicht mehr von dort wegkommen.
Wie all die Dörfer, die wir zuletzt besucht haben, besteht auch dieses aus riesigen, sehr ländlichen Straßenquadraten, auf denen mehr oder weniger viele kleine Häuser in großen Gärten stehen. Auffallend ist, dass hier alles mit roten Dachziegeln gedeckt ist, anders als in Argentinien, wo die Dächer fast überall aus Blech sind. Ein Zentrum ist nicht auszumachen, der zentrale Platz ist eines der Quadrate, das nicht bebaut, sondern als Park angelegt ist (auch das wie ueberall). In San Cosme und Damian ist das der zentrale Platz der ehemaligen Jesuitenmission. An 3 Seiten ist er von langgestreckten niedrigrigen Steinhäusern umgeben, die damals Wohnhäuser waren und es auch heute sind, an der 4. Seite liegen die ehemalige Kirche samt Kreuzgang und Anbauten. Das Besondere hier ist, dass alles noch weitgehend intakt und irgendwie genutzt ist.

Imaginería guaraní: San Cosme y San Damián
Die Heiligen Zwillinge Cosmas und Damian kenne ich noch aus meinen Zeiten auf dem Jakobsweg. Die beiden Ärzte – Roemer, so weit ich erinnere – wurden aus was weiß ich für welchen Gründen geköpft und sind als Märtyrer bekannt. Sie werden deshalb oft ohne Kopf bzw. mit demselben unterm Arm dargestellt. In Covarrubias (Kastilien) gab es einen tollen Altar, der dazu das Wunder darstellte, das sie vollbracht haben: eine Beintransplantation. Der Empfänger war ein Weißer Adliger, der „Spender“ ein schwarzer Sklave. Das Resultat sah sehr lustig aus!

Don Rolando, director del centro de recepción, ofrece mate
Don Rolando, Vorsitzender des Besucherzentrums, bietet Mate-Tee an

Die Aufseher der Jesuitenreduktion verlassen ihre Plauderei mit Mate etwas unwillig – wir sind sicher die ersten Besucher am Tag - , aber dann werden wir informativ und freundlich durch das Gelände gefuehrt, die Kirche, voller alter, naiver Heiligenfiguren und als Treffpunkt von einigen Nonnen und Damen des Ortes wirkt „bewohnt“, die angrenzenden Räume werden für Unterrichtszwecke genutzt, hier kommt etwas davon rüber, wie das Ganze früher vielleicht einmal gemeint war. 

Am Eingangstor / encima de la portada

Der Kirchen-Dachboden / el desván-granero de la iglesia
Nach der Besichtigung werden wir dann zum zweiten Highlight des Ortes komplimentiert. (Fuer uns) unerwartet hat man hier, am Ende der Welt, irgendwo unten links in Paraguay, ein astronomisches Zentrum eingerichtet. Ein gewisser Buenaventura Suárez, aus Sta. Fe in Argentinien stammend, der Ende des 17. Jhs. In Córdoba (Arg.) Astronomie studiert hatte, war Moench hier bei den Jesuiten, und hat sich seine astronomischen Geräte selber gebaut und seine Beobachtungen mit den Kenntnissen der Guaranies zusammengebracht, was gemeinsam eine ziemlich exakte Kenntnis von Sternkonstellationen, Sonnen- und Mondfinsternissen etc. brachte. 
Er hat darüber Anfang des 18. Jhs. ein in Fachkreisen wohl auch in Europa bekanntes Buch geschrieben. Zwei Spezialisten sitzen in diesem Zentrum und informieren uns, mit  fachkundigen Vorträgen, die man – ob man will oder nicht – in ganzer Länge über sich ergehen lassen muss. Der erste informiert mit einem Video über die Sternkonstellationen und deren Interpretation durch die Guaranies, die zweite zeigt uns das Planetarium und darin den südlichen Sternenhimmel und wie wir darin Sternbilder erkennen.

Das Kreuz des Südens ist der Fussabdruck des Nandu
La constelación Cruz del Sur es, para los guaranís, la huella de un Nandú 

Die Mondfinsternis entsteht, wenn der blaue Tiger den Mond frisst
Un eclipse de luna ocurre, según los guaranís, cuando la devora el jaguar celeste

Der Gürtel des Orion: die drei Witwen
El cinturón de Orión son para los guaranís, las Tres Viudas

Die Pleyaden sind ein Bienenschwarm
Las Pléyades son un emjambre de abejas.

Im Sternbild Stier erkennt der missionierte Guaraní die Jungfrau
Las Hiadas de Taurus son la Virgen Guaraní
http://www.astropar.org/html/cielodelosguaranies.html
Weitere Zeichnungen, die zeigen, wie die Guaranies die Sternbilder interpretier(t)en

Auch das Observatorium wird uns gezeigt, wir koennten heute abend Sterne gucken, aber leider ist es bewölkt. In den umgebenden Gärten steht unter anderem eine Armillarssphäre, die uns ebenfalls vorgeführt wird, und das erste Mal im Leben verstehe ich, wie diese Modelle funktionieren. Sie stellen ja die Erde als Mittelpunkt des Universums dar, und man kann einstellen, wo auf der Erde man sich befindet und kann dann die entsprechenden Sternbilder drumherum-rotieren lassen. Das war alles recht unerwartet und sehr interessant.

Armillarssphäre / Esfera armillar

Observatorium, das Dach lässt sich verschieben
Se corre el techado y la caseta se convierte en un observatorio

Schliesslich werden wir freigelassen, es ist fast dunkel und wir befinden uns irgendwo in diesem weit verstreut liegenden Dorf. Aber es gibt sog. Posadas, was Zimmer in Privathäusern sind, und bald werden wir in ein solches einquartiert. Der dazugehörende Laden versorgt uns mit einer Zahnbürste. Als wir unseren Gastgebern in Posadas Bescheid geben wollen, dass wir heute nicht zurückkommen, merken wir, dass das Handy hier kein Netz hat, ein Anruf vom Festnetz ist erfolglos (nachher stellt sich heraus, dass uns die Paraguayer eine falsche Vorwahl gegeben haben), und so sind wir inkognito im „Ausland“. In dem Kaff gibt es sogar ein Restaurant, das wir nach einem kleinen Spaziergang finden. 
die einzigen Gäste / los únicos en el restaurante

Die junge Frau, die uns bedient (Stella Mary, s.o.), ist beglückt ueber die einzigen Gaeste (gegessen wird, was auf den Tisch kommt: ein Stueck Fleisch, etwas Salat, etwas Reis – ganz ok) und schwatzt mit uns, erzaehlt, dass sie in Asunción Lehrerin war, aber aus Gesundheitsgründen ins Elternhaus zurückgekommen ist, dass sie das ruhige Landleben liebt und noch nicht weiss, wie es weitergeht. Zurück in unserem Quartier laden uns die Hausbesitzer in ihren Garten ein. Dort sitzen sie mit der Tochter, die in Encarnación „Ernaehrungswissenschaften“ studiert hat und nun auch wieder zu Hause ist und dies auch der Stadt vorzieht. Arbeit gibt es hier kaum. Was sie mit ihrer Freizeit macht? Es bleiben wenige junge Leute im Ort, Vergnügungen gibt es kaum. Sie betet abends zusammen mit den Eltern. Schluck!
Die Gastleute haben die Gegend noch nie verlassen, „Sie“ stammt von einer Familie ab, die fueher auf einer Insel im Paraná gelebt hat, wie sehr viele „Eingeborene“, sprich Guaranies, die dort von der Jagd lebten. Die Insel war wohl sehr gross. Das Staudamm-Konsortium hat sie alle dort wegsaniert, hat ihnen im Dorf Häuser und etwas Land gegeben, sie dazu gezwungen, Landwirtschaft zu betreiben. Auch die Duenen am Flussufer seien leider durch die Ueberflutung so gut wie verschwunden. Der Bericht klingt nicht sehr verbittert, eher resigniert, aber sie erzaehlt auch, dass man ihrem Vater, der ueber 70 Jahre auf der Insel gelebt hatte, ein Dokumental-Video von der Insel gezeigt hat und den alten Herrn hat die Erinnerung an seine Insel so bewegt, dass ihn beim Betrachten ein „patatús“ ereilt hat, sprich ein Herzschlag, und das war dann sein Ende ... Die Sache mit den Duenen habe ich dann noch mal (im Internet) nachgeschaut. Es handelt sich wirklich um Duenen im Binnenland, was sehr ungewoehnlich ist, und es muessen wirklich tolle Flusstraende gewesen sein, die da nun dem „Fortschritt“ geopfert wurden.
Tráfico tempranero en SS. Cosme y Damián / Fruehverkehr in San Cosme
Man geht frueh ins Bett und steht frueh auf, auf dem Land, und um 6 Uhr morgens sitzen wir im Bus gen Encarnación und sind um 10 zurueck in Posadas, um unsere besorgten Gastgeber zu beruhigen, dass wir noch leben.  

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