10. Dezember 2012

Reducción de Sta. Maria la Mayor

Fortschritt: Wir haben endlich gelernt, wie man unsere Fotos als kleinere Dateien abspeichert, so dass wir die Seite nicht überlasten und mehr Fotos zeigen können!
Progreso: Por fin hemos aprendido a almacenar las fotos con menos volumen para poder mostrar más. El día que aprendamos a fotografiar olores, sonidos y sabores, lo haremos también, mientras tanto tendreis que conformaros con ver cómo es aparentemente lo que hay


Posadas, excursión en autobús.

El día 5 de diciembre el termómetro ascendió a 42° y el periódico decía que la curva térmica, sea lo que sea eso, había alcanzado los 52°. Como teníamos aún una pestaña de la entrada triple para acceder a la misión de Santa María la Mayor, a 120 km de Posadas, nos fuimos allí en coche de línea.
Ya tarde, con el calor acechando, tomamos el colectivo hacia la Central de Autobuses al mismo tiempo que una pareja de chicos ligeramente mayor que nosotros, campesinos de aspecto, que por poco lo pierde. Él se subió antes y miraba entre preocupado y avergonzado cómo ella corría atravesando la calle y se montaba apresurada. Yo le apoyé: „lo alcanza, lo alcanza“, le dije, y él me contestó con un rápido guiño de ojo, exactamente igual que el que suele hacer mi tía Petra cuando quiere decir „Ya me entiendes“ o algo parecido. Probablemente los gestos y los versos del mundo son un corpus limitado, pero tanto parecido, incluso físico... me acordé de que en este país también yo tengo parientes: hace casi 100 años, mi tío-abuelo Mariano emigró desde Soria y su prole debe estar repartida por Argentina. Lo conocí una vez que volvió y toda la familia se reunió para hacerse una foto.
Sentarse en el autobús urbano en el lado del sol es un martirio, así que, en cuanto pude, me puse en un asiento detrás de aquella señora que era una bella mujer, muy blanca de piel y de abundante melena cana recogida en un moño. Ella en seguida se percató de que no hablaba como los de aquí y me preguntó „cuál era mi origen, si no me hería la pregunta“. También el mundo de referencias para parecidos es limitado: Cuando le dije que era de Madrid, ella contestó:"Español? Ya decía yo: se parece usted a Arguiñano“. Yo le dije que no cocinaba tan bién y ella empezó a contarme que había comprado una papaya e iba a plantar todas sus semillas, porque el año pasado se le habían helado las que tenía. A ver si esta vez había más suerte. Me pasmó que aquí hubiera heladas y me contestó que cada año menos. La papaya, que en esta región se llama mamón, no tiene mucho sabor, pero transporta muy bien los sabores „prestados“. Esta fruta en concreto debía venir de Brasil y no le gustaba demasiado, porque por dentro era roja como una sandía, seguro que estaba manipulada... Me preguntó adónde íbamos y cuando se lo conté, me dijo que ella era de Apóstoles, la capital del Mate, que era un pueblo muy lindo y también merecía una visita.
Campos de te desde el autobús / Teefelder aus dem Bus

 Tomamos el mismo coche de línea y, cuando llegamos a Apóstoles, se acercó a nuestro asiento para decirnos que aquél era su pueblito. Le prometimos pasar por la tarde, de regreso y se fue satisfecha. No nos dió tiempo.
Por lo que vimos desde el autobús, Apóstoles tiene calles rectas y limpias, chalets de lujo y farolas bien puestas. Por todas partes hay anuncios de que es la capital mundial del mate y tiene un aire tan próspero que casi podría parecer uno de esos poblados californianos para jubilados millonarios, si no hubiera también modestas chozas. Luego nos enteramos de que las fortunas pertenecen a los capos del mate, de que Apóstoles y Puerto Rico son los dos pueblos más limpios y prósperos la provincia de Misiones y de que Apóstoles es un núcleo de inmigrantes polacos.

También pasamos por un pueblo que se llamaba Concepción de la Sierra y no supimos si la sierra era de "serranía" (que no se veía por ninguna parte) o de "serrar"... Pensando en el nombre, incluso sentíamos que el aire era más fresco: qué quimera! Apearse del aire acondicionado del autobús en Santa María la Mayor fue como entrar en un horno. Nuestras elucubraciones se asaron.


Ante las ruinas vacías y con un calor sofocante que nos impide dar un paso, nos preguntamos qué hacemos allí. Al principio sólo era una disculpa para visitar el país, pero, según nos vamos adentrando en el tema, nos vamos interesando en su historia y en su estética. Que la actuación de la iglesia en tiempos de la colonización no era mucho mejor que la de la corona, es más que sabido. Es trabajoso imaginarse hasta que punto los guaraníes que poblaban esta región y vivían en poblados y tribus independientes, fueron violentados y obligados a abandonar sus tierras. Más claro parece que los jesuítas emprendieron aquí un proyecto de cristianización y educación de los nativos. El hecho de que estas 30 misiones, en cada una de las cuales vivían entre 1000 y 5000 guaraníes, estuvieran dirigidas sólo por dos ó tres frailes, muestra, por una parte, que la gente hubiera podido huir de haberlo querido; pero también muestra que se les había robado las tierras y que, si se escapaban o salían de su Misión, corrían el peligro de ser detenidos por el poder colonial (terratenientes y encomenderos) y convertidos en esclavos. De hecho los jesuítas eran para muchos colonizadores una astilla en el ojo porque les privaban de fuerza de trabajo barata (no sin motivo se llama „Reducciones“ a estas Misiones, pues los nativos eran reducidos a este lugar y sus tierras (sobre las que ellos no concebían el concepto de propiedad) pasaban a ser explotadas de la corona.
Maqueta de la Misión Sta. María

Que ellos aprendieran a leer, a escribir y oficios artesanales y mecánicos, que desarrollaran un sistema social y que tuvieran que dar un tercio de sus cultivos a la corona española, otro tercio a los jesuítas y otro a la comunidad, es la otra cara de la moneda que hoy es proclamada „conquista cultural“. Con la visita a cinco o seis misiones nos hemos podido hacer una idea de las relaciones que aquí se dieron. En 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios España y Portugal y las misiones entraron en franca decadencia; los franciscanos se ocuparon de ellas y entraron en una fase de beaterío inoperante y absurdo que aún perdura hoy día.

Alfred Döblin, dice Sabine ( de quien traduzco este par de párrafos), describe todo esto en su „Amazonas“, obra para la que se documentó durante años en la biblioteca nacional de París. Más difícil es escontrar bibliografía amena en español. El tema está olvidado de las librerías, y la documentación que (por falta de tiempo) he podido encontrar, se limita a tratados de estética artística (inventarios y clasificaciones de capiteles y edificios) y tesis doctorales sumisas al sistema, tanto en la península como en América.
Por otra parte, los viajes en autobús son siempre, de por sí, una experiencia. Siempre se puede hablar con alguien y, al mismo tiempo, se tiene desde el asiento una rápida panorámica de lo que pasa en las orillas de la carretera: casas ante las que se sientan las familias, niños que juegan, campos, estancias, pueblos, caminos que desaparecen en la jungla, casas de venta de coches elegantes (mucho Mercedes y Volkswagen) y humildes tenduchos en los que se vende todo lo impensable. Todo el espectro de la economía campesina expuesto en el escaparate de la ruta.


 Ländliche Kultur

Mit dem Bus machen wir einen Ausflug nach Santa María la Mayor, einer weiteren Jesuitenmission – etwa 120 km von Posadas entfernt. Es war der bislang heißeste Tag unsereres Aufenthaltes – 40 Grad mit hoher Luftfeuchtigkeit, da setzt einem schon mal der Atem aus. Der „Wächter“ der Ruinen (die, wie die anderen auch, zum UNESCO-Weltkulturerbe zählen) fühlt sich ganz offensichtlich gestört in seiner Ruhe, wir sind die ersten Touristen des Tages (aber wohl auch der Woche). Nein, zu essen oder trinken gebe es nichts, immerhin rückt er dann etwas von seinem eigenen Trinkwasser aus dem Kühlschrank raus. 




An den Ruinen wird gearbeitet. Irgendeine Stiftung finanziert die Restaurierung einer Mauer, denn der Urwald ist schneller als die staatlichen Konservierungsmaßnahmen. Auf dem porösen roten vulkanischen Stein setzen sich Moose und Flechten fest, was sehr schön aussieht, aber wohl fatal ist. 


Für die historische Dokumentation würde es natürlich reichen, wenn man eine dieser Siedlungen restaurierte, aber es gibt hier wenig Sehenswertes, und auf den UNESCO-Zug wollen wohl alle gerne aufspringen. Die Gegend hat sonst wenig zu bieten, die Einheimischen jammern zudem darüber, dass das ausländische Kapital das Land großflächig ausbeutet. Chilenen (die mag man gar nicht, die haben im Falklandkrieg zu den Engländern gehalten), US-Amerikaner (und die Yanquies mag sowieso kaum einer), aber auch Schweizer und Niederländer werden als Betreiber von riesigen Sojaplantagen (in Paraguay) und Aufforstungsprojekten mit schnell wachsenden Holzarten (Eucalyptus, Kiefern, hier in Misiones) genannt.

Warten auf dem Bus im einzigen Schatten weit und breit / Espera al autobús en la única sombra

Sta. Maria zu verlassen, war nicht so einfach, und das Warten in der Sonne an der Landstraße schier unerträglich. So haben wir den ersten Bus, der kam, genommen, in die andere Richtung. Im nächsten Kaff sind wir ausgestiegen (San Javier, hier heißt alles „San“, es waren alles Jesuitengründungen) um Schatten, etwas Essbares und einen Bus zurück zu finden. Dort saß am Busterminal ein sehr dicker Brasilianer (die brasilianische Grenze ist in Sichtweite) und verkaufte uns in freundlichem Portugiesisch einen gräßlichen brasilianischen Hamburger, aber so haben wir immerhin überlebt!

Blicke aus dem Bus / Desde el autobús
Die Fahrten im Bus sind immer ein Erlebnis! Mit irgendeinem Mitfahrer kann man immer reden, und gleichzeitig hat man aus der Höhe einen super-Blick auf alles, was so am Straßenrand zu sehen ist: Häuser, vor denen die Leute sitzen, die Kinder spielen, Felder, Estancias (die besseren Bauernhöfe mit Land), Dörfer, im Dschungel oder am Horizont verschwindende Wege, schicke Auto-Vertretungen (viel VW und Mercedes) und daneben Bruchbuden, in denen alles mögliche verkauft wird. Das ganze Spektrum der auf die Landstraße ausgerichteten ländlichen Ökonomie. 





 
An den Busterminals der Orte ergießt sie sich über den Autobus. Da werden Getränke verkauft, Kinder bieten Kaugummipackungen feil, die sie sicher viel lieber selber konsumieren würden, Frauen kommen mit Körben, in denen appetitlich auf sauberen Tüchern frische Backwaren liegen. „Heiße Chipas“ werden ausgerufen, und das sind wirklich sehr leckere Dinge, deren Teig – wie wir uns erklären lassen – im Wesentlichen aus Maniok (einer Wurzel, die gekocht ähnlich wie eine mehlige Kartoffel ist) und Eiern besteht.

In dieser Gegend wird viel Tee und Mate angebaut, der Tee super-gepflegt in Büschen, die als Hecken beschnitten werden, der Mate in eher ungeordneten Baum-Pflanzungen. Die „Yerba“ deren Blätter für den Mate geerntet, getrocknet und fermentiert werden, wurde früher schon von den Guaranies genutzt, mit ähnlich putschendem Effekt wie Kaffee, aber eben ein bitteres Kräutergesöff. Die Jesuiten haben den Anbau gefördert und kultiviert. 
Jugendliche an der Uferstraße - mit Mate / jovenes en la costanera

In Posadas hat der Mate-Trinker ein eigenes Denkmal / monumento al mate

Unsere Gastgeberin, Norma, natürlich mit Mate /Norma, nuestra anfitriona
Hier verbraucht jeder Einwohner rund 55 kg Mate im Jahr, überall sieht man die Leute mit der Kürbistasse fast randvoll mit den klein-gemahlenen grünen Blättern, einem silbernen Strohhalm, der unten ein Sieb hat (damit die Blätter nicht mit eingesogen werden) und einer Thermoskanne mit heißem Wasser, aus der sie ständig nachgießen, weil neben der Blättermatsche kaum Wasser Platz hat.
Busfahrer in Posadas mit Matebecher in der Hand und der dicken Thermoskanne voller Eiswasser für den Terere; an jeder roten Ampel gießt er nach. Chofer de autobús con mate y el termo del agua helada; recarga en cada semaforo rojo

Im Sommer sieht man genau so viele Leute, die eine Eistee-Variante davon trinken; sie tragen dann dickbauchigere Thermoskannen mit kaltem Wasser, in denen auch das Eis noch Platz hat. Und eine weitere Variante ist der Terere, der als Eistee mit Saft getrunken wird. Mit diesen Getränken ist hier alle Welt ständig unterwegs, auch die jungen Leute. Es gilt als Ehre, wenn einem ein Zug aus dem Mate-Strohhalm angeboten wird.
Mate-Strauch, sieht immer gerupft aus, weil nicht die Blüten, sondern die Blätter zu Tee verarbeitet werden / arbustos de mate 

Teefeld / Campo de té

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen